La atopia es una condición hereditaria que predispone
a padecer una serie de enfermedades,
en su mayoría relacionadas con respuestas mediadas
por IgE y alteraciones de la inmunidad
celular y de la reactividad vascular.
La dermatitis atópica es un conjunto de anomalías
y lesiones cutáneas que aparecen en los
individuos atópicos.
La prevalencia de la dermatitis atópica varía de
unas zonas geográfi cas a otras y en general
es mayor cuanto más al norte se sitúa el área
estudiada y cuanto más alto es su nivel de
desarrollo industrial. En la población infantil
española pueden encontrarse manifestaciones
de la derma titis atópica, en algún momento,
entre un 5 y 10%. No existen diferencias signifi
cativas en relación con el sexo
Dermatitis atópica del lactante
Suele empezar hacia los cinco meses de vida,
pero puede hacerlo antes. Algunos niños desarrollan
lesiones de eccema seborreico, que de
forma gradual va adquiriendo el aspecto de la
dermatitis o eccema atópico.
La localización más habitual es en la cara,
respetando las zonas alrededor de los ojos, la
nariz y la boca (Fig.1). Son también frecuentes
en el cuero cabe lludo, las orejas, el dorso
de las manos y las zonas de extensión de las
extremi dades.
Las lesiones suelen ser pápulas o placas eritematosas
y edematosas, muchas ve ces con
erosiones, exudación y costras. Es muy raro
que se aprecien las vesícu las características del
eccema. El prurito es un síntoma constante.
Dermatitis atópica infantil
Este periodo suele considerarse con un inicio
hacia los dos años y un fi nal entre los siete años
y la pubertad. Las lesiones características se
observan sobre todo en las fl exuras, en especial
en los codos y las rodillas (Fig. 2), pero pueden
aparecer en otras zonas.
En esta fase es más fácil ver lesiones eccematosas
con vesículas, pero el intenso prurito hace
que enseguida se transformen en erosiones,
con exudación y formación de costras.
Dermatitis atópica del adulto
A partir de la pubertad las lesiones típicas de
la dermatitis atópica son las placas de liqueni-
fi cación o liquen simple crónico, consistentes
en un engrosamiento de la piel, con aumento
de su reticulado normal. Son consecuencia del
rascamiento crónico y es muy frecuente que
sobre ellas aparez can excoriaciones.
Se producen sobre todo en la nuca, el dorso
de las manos y los pies, la cara de fl exión de
las muñecas y las zonas de extensión de las
piernas. Muy a menu do coexisten con lesiones
de dermatitis fl exural, semejantes a las del periodo
infantil y a veces con lesiones similares a
las de los lactantes.
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